hace mucho, mucho tiempo
vi cómo crecían las amapolas en tu cabello
llovía a cántaros
no sé si lo recuerdas
y realmente
yo no sé si lo estoy imaginando
Comencé a viajar por todas las orillas recibidas
y pronto me encontré rodeado de alcantarillas
donde se cocía todo el pescado
que había llegado medio muerto desde la bañera
que no se había terminado de tragar toda la sangre
En la portada del Times de aquél día
agonizaban dos nubes grises en un inmenso pantano
ya sabes
como llamando a la puerta del paraíso,
cerrada a cal y canto
desde que san pedro fue asesinado
por una banda de mafiosos sin escrúpulos
Y te fuiste, arrancándome la estrella del corazón
primero, ya sabes,
no la puedo usar nunca más.
Me senté en el sofá, arrodillado,
y me consumí en canutos hasta que no pude más.
Estoy seguro de que algo de mí queda aún
tirado en ese amasijo de horas y cuero.
Pasaron 20 años y tuve que salir a buscarte,
como si no hubiera hecho ya suficiente
con todas esas muñecas
a las que ponía tu nombre
cuando las descosía el vientre
made in taiwan
En el portal dormías con cara de niña exhausta,
tus ojos me miraban como si nunca hubieran estado muertos
y un gran tronco de árbol
se enervaba en tu vientre cortándote los hijos futuros en pedazos,
te fuiste con la nieve encima de los párpados,
un colgante barato de hoja de maría
y el deseo de bob dylan sudando bajo el brazo.
Con la noche tu cuerpo se quebró, igual que las campanas
en la iglesia cuando todos los poetas fueron fusilados.
Intenté llevarte al mar, donde nos encontramos,
pero en su lugar hallé un hueco vacío y repugnante.
De repente llovió, hubo guerra de pájaros,
y toda tú fuiste todo lo de color y vi cómo
te nacían amapolas de los largos cabellos ruidosos
y vi campos en tus ojos
ya cerrados.
Pero eso fue hace mucho, mucho tiempo
Muy lejos
y quizá no lo recuerdes